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¿ENGORDA LA CERVEZA?

En los últimos años se ha denominado que la cerveza es la causante de “la curva de la felicidad” diciendo que es causante de obesidad. La realidad es que la cerveza tiene muchas vitaminas y nutrientes y su aportación calórica es muy baja, ya que 200 ml de la misma aporta tan solo 90 kcals y en caso de la cerveza sin alcohol esta cantidad se reduce a una media de 17 kcal/100 ml, lo que nos lleva a desterrar los falsos mitos en torno a la cerveza. Por otro lado cabe mencionar que lo que nos lleva a engordar es que al beber cerveza esta se acompaña del picoteo y suelen ser alimentos llenos de grasas, como las alitas, los nachos con queso y crema, las carnitas de cerdo, sandiwches o snacks fritos, papas fritas. Además también si nuestra alimentación diaria es desequilibrada, tenemos falta de ejercicio y en algunos casos nuestra información genética no nos ayuda, esto si nos lleva a la obesidad.

En los siguientes lineamientos nombraré los ingredientes y nutrientes de la cerveza lo que muestra que en cantidades moderadas de 1 a 2 cervezas como máximo es posible consumir y obtendremos beneficios de la misma.

La cerveza contiene pequeñas cantidades de vitaminas del grupo B: tiamina, riboflavina, ácidos pantoténico, piridoxina, biotina, cianocobalamina y niacina. Además es una bebida como fuente principal de folatos y en menor cantidad de ácido fólico. Estas son vitaminas esenciales para mantener la vida celular, el crecimiento y formación de nuevos tejidos y prevención de los defectos del tubo neural, así como ayuda a regular niveles de homocisteína, factor de riesgo de enfermedad cardiovascular. Su consumo diario nos puede llevar a cubrir necesidades diarias de folatos.

El consumo de cerveza también aporta a la dieta polifenoles, que como antioxidantes naturales, participan en la protección contra enfermedades cardiovasculares y en reducción de los fenómenos oxidativos responsables del envejecimiento del organismo. Además, es recomendada en sujetos con hiperlipidemias con el fin de mejorar los parámetros marcadores de estrés oxidativo, que propician la progresión hacia la enfermedad aterosclerótica. La cerveza la podemos encontrar también en forma de levadura de cerveza y de esta manera se puede combinar con alimentos y de esta manera los no bebedores de cerveza poderse beneficiar de su alimento mediante la comida.

El consumo moderado de cerveza aporta a la dieta minerales como el silicio, magnesio, potasio y muy poco sodio. El silicio es un elemento esencial y de gran biodisponibilidad en esta bebida, el cual nos ayuda a favorecer los procesos de formación ósea y participa en los procesos de calcificación, y posiblemente en el tejido conectivo. De hecho, el silicio no sólo inhibe la pérdida de hueso, sino que además incrementa la densidad ósea promoviendo la formación de colágeno. 
Además, algunas investigaciones científicas sugieren que silicio es capaz de interferir en la cinética del aluminio, un metal que posee efectos oxidativos sobre el cerebro. Concretamente, el silicio podría ayudar a prevenir la absorción del aluminio a nivel gastrointestinal y a limitar su reabsorción a nivel renal.

En caso que bebamos cerveza sin alcohol, esta nos proporciona fibra soluble, la cual nos ayuda a evitar el estreñimiento y contribuye a la disminución de la hipercolesterolemia. Su aporte de es un 17% de la ingesta de fibra soluble en la dieta, siendo así la bebida de mayor aporte de fibra en nuestra dieta.

La cerveza contiene maltodextrinas naturales, carbohidratos complejos de absorción lenta, que se metabolizan liberando progresivamente unidades de glucosa, lo que ayuda a evitar hiperglucemias e hipoglucemias reactivas, aspecto muy interesante en el caso de las embarazadas. En nutrición deportiva, las maltodextrinas facilitan una adecuada hidratación en competiciones de larga duración.

Si bien es sabido que el consumo abusivo de alcohol puede tener efectos nocivos sobre la salud, el riesgo de sufrir un infarto puede ser entre un 40% y un 50% más bajo en aquellas personas que beben alcohol de forma moderada -siempre que se trate de individuos adultos, sanos, y que no consuman fármacos con los que el alcohol pueda interferir-, que en aquellas personas cuyo consumo es cero. 



Concretamente, en los bebedores moderados la incidencia de la cardiopatía isquémica (angina de pecho e infarto), hipertensión arterial, accidente vascular cerebral y diabetes mellitus es inferior. Además, el alcohol, en cantidades moderadas, aumenta el colesterol asociado a las lipoproteínas de alta densidad (HDL) en relación al nivel habitual que se da en personas abstemias. Este aumento del “colesterol bueno” reduce los riesgos de enfermedades y accidentes cardiovasculares. 

Asimismo, el consumo moderado de etanol inhibe de forma aguda el proceso de resorción ósea mediante un mecanismo independiente de la estimulación de la producción de calcitonina y/o la reducción de la hormona paratiroidea sérica.

Recuerda que si no has bebido cervezas durante la semana no las tienes que acumular para el fin de semana, 1 -3 como máximo y cuida sus acompañantes a la hora de estar con los amigos y si la bebes a diario 1.  Por lo cual si te gusta la cerveza, bebe y disfruta pero siempre con moderación.

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